El arte de hacerse el muerto: una mirada al mundo animal

En el reino animal, la supervivencia es un juego de ingenio y astucia. Los depredadores buscan presas fáciles, mientras que las presas se esfuerzan por evitar convertirse en alimento. Una de las estrategias más sorprendentes que utilizan algunos animales para evadir a sus enemigos es la tanatosis, o hacerse el muerto. Este comportamiento, que consiste en fingir la muerte para despistar a los depredadores, se encuentra en una amplia gama de especies, desde insectos hasta mamíferos, y ofrece un fascinante vistazo a la complejidad de la vida silvestre.

Un espectáculo de inmovilidad

La tanatosis se caracteriza por la inmovilidad completa del animal, como si estuviera completamente muerto. Esta actuación a menudo va acompañada de otros signos que refuerzan la ilusión de la muerte, como la reducción del ritmo cardíaco y respiratorio, la lengua extendida, los ojos abiertos y, en algunos casos, la emisión de un olor desagradable. La duración de esta "muerte ficticia" varía según la especie, desde unos pocos minutos hasta horas, dependiendo del tipo de depredador al que se enfrenta.

Este comportamiento tiene como objetivo engañar al depredador, haciéndole creer que la presa ya no es comestible. La idea es que el depredador pierda interés en un animal aparentemente muerto, permitiéndole a la presa escapar cuando menos se lo espere.

Ejemplos fascinantes

La tanatosis se encuentra en muchas especies, y cada una tiene su propia forma particular de llevar a cabo este acto de engaño.

Las zarigüeyas: las actrices de la tanatosis

Las zarigüeyas son famosas por sus dramáticas actuaciones de hacerse el muerto. Cuando se sienten amenazadas, se quedan inmóviles, con los ojos abiertos, la boca entreabierta y la lengua colgando. Además, pueden liberar un líquido maloliente de sus glándulas anales, que refuerza la ilusión de la muerte y ahuyenta a los depredadores. La tanatosis en las zarigüeyas es tan convincente que incluso puede engañar a humanos.

Los insectos: maestros del camuflaje

Muchos insectos también utilizan la tanatosis como mecanismo de defensa. Por ejemplo, los escarabajos de la harina (Tribolium castaneum) se quedan inmóviles con las patas extendidas cuando se sienten amenazados, haciéndolos parecer muertos y menos apetitosos para los depredadores. Los saltamontes pigmeos de Japón (Conocephalus maculatus) adoptan una postura rígida con las patas extendidas, imitando la muerte de un insecto más grande para evitar ser devorados por ranas.

Los peces: un juego de engaño

En el mundo acuático, algunas especies de peces también utilizan la tanatosis para su beneficio. Los cíclidos (Cichlidae) son conocidos por su comportamiento de "hacerse el muerto" para atraer a sus presas. Estos peces, con sus cuerpos alargados y sus movimientos lentos, se asemejan a peces muertos o enfermos, lo que atrae a otras especies que buscan alimento fácil. Cuando la presa se acerca, el cíclido "revive" y la devora.

Las serpientes: la muerte como defensa

Las serpientes también utilizan la tanatosis para protegerse de los depredadores. Las serpientes de hocico de cerdo (Heterodon Spp.) se enroscan con el vientre hacia arriba, dejando la boca y los ojos abiertos, imitando la muerte de manera convincente. Este comportamiento, combinado con su capacidad de secretar un líquido maloliente, ahuyenta a la mayoría de los depredadores.

Las aves: una estrategia no siempre efectiva

Aunque menos común que en otros animales, algunas aves también emplean la tanatosis. Las codornices japonesas (Coturnix japonica) se quedan inmóviles y con los ojos cerrados cuando se sienten amenazadas, fingiendo estar muertas. Sin embargo, este comportamiento no siempre es efectivo, ya que algunos depredadores no se dejan engañar por este truco.

Los beneficios de la tanatosis

La tanatosis ofrece una serie de ventajas para la supervivencia de los animales:

• Disuadir al depredador: La apariencia de muerte puede hacer que el depredador pierda interés en la presa, ya que la considera un alimento inapropiado o descompuesto.
• Tiempo para escapar: La tanatosis puede proporcionar un tiempo valioso para que la presa escape cuando el depredador baja la guardia.
• Camuflaje: Algunos animales pueden utilizar la tanatosis para camuflarse mejor con el entorno, haciéndolos más difíciles de detectar.

La tanatosis: una estrategia fascinante

La tanatosis es un ejemplo fascinante de la adaptabilidad y la capacidad de innovación del reino animal. Esta estrategia, que se observa en una amplia variedad de especies, demuestra la complejidad de las relaciones depredador-presa y la diversidad de mecanismos que han desarrollado los animales para sobrevivir en un mundo lleno de peligros.

La próxima vez que observe un animal que parece muerto, no se apresure a darlo por perdido. Puede que esté simplemente interpretando el papel de un actor experto en el arte de hacerse el muerto.

Las investigaciones sobre la tanatosis están en curso, y los científicos continúan desentrañando los misterios de este comportamiento fascinante. A medida que aprendemos más sobre la tanatosis, obtenemos una comprensión más profunda de la complejidad y la belleza del mundo natural.

¿Qué es la tanatosis?

La tanatosis, también conocida como inmovilidad tónica, es un comportamiento que consiste en fingir estar muerto para evitar a los depredadores.

¿Qué animales se hacen los muertos?

La tanatosis es un comportamiento común en el reino animal. Algunas especies que la utilizan son las zarigüeyas, los conejos, las serpientes, las aves e incluso los tiburones.

¿Cómo funciona la tanatosis?

Los animales que se hacen los muertos suelen adoptar una postura inmóvil, a menudo mostrando signos de muerte como la lengua extendida, los ojos abiertos y la respiración lenta o inexistente.

¿Por qué se hacen los muertos los animales?

La tanatosis es una estrategia de defensa para evitar ser atacados por depredadores. Al fingir la muerte, los animales pueden confundir a sus depredadores y darles tiempo para escapar.

¿Es efectiva la tanatosis?

La efectividad de la tanatosis depende del depredador y de la situación. Algunos depredadores son sensibles a la tanatosis y se van, mientras que otros no se dejan engañar.